Zona deforestada por la construcción en el Cantón El Porvenir. Archivo de UNES.
Por Tatiana Alfaro
La Unidad Ecológica Salvadoreña y
representante de la Red Ambientalista de Santo Tomás advierten los daños
irreversibles que traerá al municipio la construcción del proyecto “Brisas de
Santo Tomás” y “Plaza Santo Tomás”, el cual obtuvo aval del Ministerio de Medio
Ambiente y Recursos Naturales.
En enero de 2015 el Grupo Roble y la empresa SIMAN iniciaron
la construcción de un proyecto urbanístico y centro comercial en el municipio
de Santo Tomás, el cual hasta el momento, ha dejado daños en 201 mil 688 metros
cuadrados de bosque por la tala de 1,311 árboles centenarios y 24,051 arbustos
en una extensión de 24, 3 kilómetros cuadrados.
“Este proyecto, dejará muchos daños en la región. Entre
ellos, por ejemplo, se contaminarán los mantos acuíferos de la zona, la cual
tiene bastante carga hídrica. Además, esto afectará en el impacto del cambio
climático en el país y la protección natural ante los inviernos.”, comentó el
integrante de la Red Ambientalista de Santo Tomás, Oscar López.
En la página oficial de Facebook de la Alcaldía Municipal de
Santo Tomás se compartió la información sobre la reunión que mantuvieron
representantes del Grupo Roble con algunos pobladores de la zona y expresaron
los beneficios que traería el proyecto al municipio, entre ellos: establecimiento
de agua potable, arreglo de calles, campañas de reforestación y creación de al
menos 500 empleos.
Según el reporte “Estrategia Nacional de Biodiversidad” del Ministerio
de Medioambiente y Recursos Naturales (MARN) del año 2013, El Salvador solo cuenta
con un total de 14% de ecosistema boscoso y se estableció que la urbanización
ocupa más del 4% del territorio nacional, impactando a diversos ecosistemas del
país. Por esa razón, se recomendó dar mayor atención al tema de ordenamientos y
proyecciones urbanísticas.
Por su parte, el Alcalde de Santo Tomás, Efraín Cañas, publicó
en la página oficial de la Alcaldía que la construcción del proyecto fue evaluada,
revisada y avalada por el MARN, asegurando que no se dañaría ningún ecosistema
local.
A pesar de esto, la representante de la Unidad Ecológica
Salvadoreña (UNES), Dolores Romero, mencionó que el desarrollo de estos
proyectos urbanísticos generará contaminación en las cuencas del río Titihuapa,
las cuales sirven para regar los sembradíos de la región y abastecer los pozos del Cantón Porvenir y Las
Casitas. “Esas cuencas que permiten a esta gente mantenerse a través de la
soberanía alimentaria y tener acceso a agua, serán dañadas para siempre”,
aseguró.
Así también, la representante de UNES manifestó que el daño causado
a la zona de Santo Tomás no solo afecta a las comunidades aledañas, sino
también al departamento de San Salvador, puesto que esa deforestación daña más la
biodiversidad de la región.
Según reportes del SNET en enero de 2015 la calidad del aire
en San Salvador se catalogó como dañina y en 2009 el informe de evaluación
global sobre la reducción del riesgo de desastres, publicado por la ONU, estableció que El Salvador es uno de
los países más vulnerables a nivel mundial, ante el cambio climático, a causa
de la deforestación.
Mientras tanto, a través de una publicación
en la página oficial del MARN se dio a conocer la postura del viceministro de
Medio Ambiente y Recursos Naturales, Ángel Ibarra, ante la situación
medioambiental del país, durante el taller de Resilencia climática en sistemas
urbanos, el cual expresó: “Estamos comprometidos a impulsar políticas
públicas para enfrentar el riesgo climático, con una visión que supera el tema
del calentamiento global, ecosistémica que tiene que ver con agua,
biodiversidad, patrones energéticos y con la seguridad y soberanía alimentaria,
entre otros temas”.
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